ETOLOGÍA
La
etiología es múltiple e intervienen también factores del tratamiento
quimioradioterápico y quirúrgico. La anorexia del cáncer está inducida por un
aumento de la actividad serotonérgica en el hipotálamo. Además de otros
factores como alteraciones del gusto y del olfato, retraso del vaciamiento
gástrico, aversión por determinados alimentos, los tratamientos de cirugía,
radioterapia y quimioterapia contribuyen a la anorexia y pérdida de peso de los
pacientes. La quimioterapia (QT) citotóxica es una piedra angular del
tratamiento oncológico, que en la actualidad es curativa en el 20% de los
pacientes y ayuda a paliar la enfermedad en el 80% restante. Hoy en día podemos
decir que casi el 100% de los pacientes con cáncer recibirán QT en algún
momento de la evolución de su enfermedad. Al contrario que la cirugía y la
radioterapia, la QT es un tratamiento sistémico del cáncer y afecta a todo el
organismo, incluyendo las células sanas en fase proliferativa, por lo que tiene
más efectos no deseados y más diversos que las terapias locales. Los efectos secundarios
de la QT que afectan al aparato gastrointestinal tienen repercusiones
relevantes sobre la nutrición, como son: los cambios en la percepción de olores
y sabores, las náuseas y vómitos, la anorexia, la saciedad precoz, la
mucositis, la diarrea y/o estreñimiento.
Recientes estudios sugieren que la activación de
citocinas y diversas sustancias producidas por el tumor o como resultado de la
respuesta inmune son responsables de la anorexia y alteraciones metabólicas y
nutritivas. Se han detectado en las células mononucleares de sangre periférica
concentraciones elevadas de factor de necrosis tumoral (TNF) e Il-6. Estas
citocinas junto a la IL-1 son capaces de elevar el MB e inducen anorexia. Si
bien es cierto que en la anorexia del paciente con cáncer intervienen
diferentes factores (alteración del gusto, síndrome de náuseas crónicas,
obstrucción intestinal, estreñimiento, depresión, etc.) un papel importante hay
que atribuirlo a las citocinas. Estas actúan modificando los niveles de
péptidos recientemente identificados (leptina, hormona liberada del tejido
graso, y neuropéptido Y) responsables del estímulo del apetito a nivel del
hipotálamo. En el suero y orina de pacientes con cáncer y caquexia se ha
identificado un proteoglicano con capacidad de movilización de grasas y una
sustancia con actividad proteolítica. Ésta última, al igual que las citocinas
(TNF, IL-6), ejerce su acción activando la vía ATP-ubiquitina-proteasoma
responsable de la lisis de proteínas. La lipolisis y proteólisis mediadas por
este mecanismo junto al déficit de ingesta calórica por la anorexia condicionan
la caquexia. La evaluación del estado nutritivo utiliza parámetros clínicos
como la pérdida de peso superior al 10% en 6 meses, valoración de pliegue
cutáneo y circunferencia del brazo. Los estudios de laboratorio (albúmina,
transferrina, vit. B12, excreción de creatinina) tienen poco interés en la
práctica clínica.
EPIDEMIOLOGÍA EN MÉXICO.
La anorexia-caquexia es un síndrome frecuente
en pacientes oncológicos, particularmente en etapas avanzadas: la prevalencia global
de anorexia-caquexia para-neoplásica oscila entre el 20-40% en los enfermos en
la fase diagnóstica, y entre el 70–80% en la fase avanzada de la enfermedad. En
los enfermos oncológicos es frecuente la coexistencia de alteraciones
digestivas estructurales o funcionales, secundarias al crecimiento tumoral y a
los fenómenos sistémicos de carácter metabólico, determinados por la
interrelación tumor-huésped específicos de la anorexia-caquexia
Se realizó un estudio transversal analítico en
el cual se incluyeron 100 pacientes con diagnóstico de cáncer avanzado, con un
rango de edad de 18 y 80 años; se excluyeron aquellos pacientes con mal estado
general y que rechazaron participar en el estudio. Posterior a revisar los
criterios de inclusión y exclusión, se les aplicó el cuestionario FAACT, así
como la EGS. La institución que reclutó a los pacientes fue Instituto Nacional
de Cancerología. Los resultados muestran que el 61% (n=61) de los pacientes
presentó anorexia-caquexia, mientras que no ocurrió así para el 39% (n=39). Al
grupo de mujeres correspondió el 56% de la muestra (n=34), mientras que al de
los hombres el 44% (n=27).
FISIOPATOLOGÍA.
a) Regulación del apetito
El síndrome anorexia-caquexia está condicionado por la producción de
citocinas generadas por el propio tumor o como respuesta al mismo por parte
del sistema inmune del huésped. Existe una desregulación de los neuropéptidos
que regulan las señales orexígenas y anorexígenas que llegan al hipotálamo.
Existe un circuito que mantiene relacionados los adipocitos (periferia) y el
hipotálamo (sistema nervioso central). La homeostasis entre ambos se mantiene
por el gen “ob” que codifica una proteína (leptina) producida en el tejido
adiposo. Su nivel correlaciona positivamente con la masa corporal grasa. La leptina
en el hipotálamo reduce la señal de apetito y aumenta el metabolismo energético.
El aumento de leptina estimula la cascada anorexígena (CRF, Melonocortina,
GLP-1, CART) e inhibe el neuropéptido Y, poderoso orexígeno.
b) Producción de
citocinas
Proinflamatorias
La elevación de citocinas proinflamatorias es un hecho común en el
síndrome anorexia- caquexia. Los mecanismos del síndrome anorexia-caquexia
están mediados por citocinas producidas en el sistema inmune (macrófagos y
linfocitos T activados) del huésped: TNF o caquectina (tumor necrosis factor),
IL-1, IL-6, Interferón gamma y DF (diferenciación Factor o leucemia inhibidor
factor). La IL-6 pone en marcha el sistema proteasoma-ubiquitina (degrada
inhibidor de NF-KB) de la proteólisis muscular y de la producción de reactantes
de fase aguda. Estas sustancias inhiben la lipoproteínlipasa, inducen la
síntesis de proteínas conocidas como reactantes de fase aguda y actúan sobre
múltiples dianas tales como la médula ósea, monocitos, hepatocitos, adipocitos,
células endoteliales y neuronas produciendo una cascada de efectos biológicos.
Aunque la función de las citocinas es primariamente protectora, tienen también
efectos deletéreos como son: estimular la producción de factores de crecimiento
por parte de las células tumorales y estimular la neoangiogénesis. El incremento
de citocinas proinflamtorias (IL-1, IL-6, TNF-a, IFN-g), de proteínas
desacopladoras de la fosforilación oxidativa mitocondrial y proteólisis mediada
por el sistema proteasoma ubiquitina conducen a una pérdida irreversible de
masa magra. Este proceso una vez instaurado es automantenido por activación de
procesos metabólicos ineficientes con gasto energético en reposo aumentado. El grado
de caquexia correlaciona de forma inversa con el tiempo de supervivencia. Este
complejo síndrome metabólico es percibido por pacientes y familiares como fase
final de la enfermedad, lo que va a repercutir de forma muy significativa en la
calidad de vida relacionada con la salud percibida por el paciente.
AFECTACIÓN
DE LA ENFERMEDAD BIOQUIMICAMENTE.
Los dos modelos que explican el desarrollo de la desnutrición en
las enfermedades malignas son:
1. Reducción en la ingestión de alimentos debida a la misma
enfermedad: estenosis del tracto gastrointestinal, síntomas gastrointestinales,
alteraciones del gusto, pérdida del apetito, etc.
2. Liberación de sustancias endógenas o transmisores a partir de
tumores, que conduce a la caquexia por cáncer. La regulación del hambre en los
pacientes con síndrome de anorexia-caquexia está alterada por los efectos
centrales de las citocinas o péptidos tumorales.
La caquexia implica un proceso importante de desgaste físico
diferente al que se presenta en un cuadro de desnutrición convencional, debido
a la pérdida acelerada del músculo esquelético con relación al tejido adiposo,
a la presencia de citocinas proinflamatorias y al incremento en la síntesis de
proteínas de fase aguda, lo que contribuye al incremento del gasto energético y
la pérdida de peso. Existen tres rutas metabólicas responsables del catabolismo
de las proteínas músculo esqueléticas: 1) El sistema lisosómico, que interviene
en la proteólisis extracelular y en los receptores de la superficie celular; 2)
el sistema citosólico activador del calcio, que involucra daño tisular,
necrosis y autolisis; y 3) la ruta dependiente de la ATP-ubiquitina que, se
cree, es responsable de la acelerada proteólisis que ocurre en una variedad de
condiciones de desgaste como el ayuno, sepsis, acidosis metabólica, diabetes
aguda y caquexia-cáncer. En este proceso, la ubiquitina se une covalentemente
al sustrato proteico, que actúa como signo de degradación en múltiples
subunidades proteosómicas. Este proceso requiere de ATP y posiblemente
contribuye al consumo diario tan elevado de energía observado en la caquexia
por cáncer. Las dos primeras rutas son
responsables del 20% de la degradación proteica, mientras que el resto se debe
a la actividad del sistema proteosoma-ubiquitina, que se observa directamente
en las fibras musculares. Los pacientes caquécticos tienen muy bajo peso,
pérdida importante de masa grasa y reducción de la masa muscular, aunque con
proteínas séricas normales, mientras que en la anorexia franca el metabolismo es
casi normal y la desnutrición puede corregirse con suplementación (alimentación
enteral o parenteral). Desafortunadamente, el éxito terapéutico en la caquexia
por cáncer con frecuencia está limitado por las alteraciones metabólicas y
centrales presentes.
BIBLIOGRAFIA.
Artículo
Fisiopatología
de la caquexia neoplásica J.
M. Argilés, S. Busquets, F. J. López-Soriano y M. Figueras Departament de Bioquímica i
Biologia Molecular. Universitat
de Barcelona. Spain.
Original
/ Cancer Frecuencia de anorexia-caquexia y su asociación con síntomas
Gastrointestinales, en pacientes paliativos del Instituto Nacional de Cancerología, México
EL
SÍNDROME ANOREXIA CAQUEXIA
Jaime Sanz, Fernando Rivera, José
Manuel López-Vega, Carlos López, Ana López y Mª Eugenia Vega Servicio de Oncología Médica y Cuidados
Paliativos. Hospital Universitario Marqués de Valdecilla. Facultad de Medicina.
Universidad de Cantabria. Santander.
EL
SÍNDROME DE ANOREXIA-CAQUEXIA
Vicente Alberola Candel Servicio de Oncología Médica Hospital Arnau de Vilanova. Valencia.
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